Digna es la labor de un médico en su empeño por salvar al paciente... pero más digna aún la firme decisión del paciente por abrazar la muerte. Estas palabras no nos llevarán por un camino de reflexión profunda sobre la vida. Todo lo contrario, nos harán correr de un sitio a otro entre este mundo de vivos y muertos, a todo trapo y sin respiro. Con el permiso de Http 501, que ya publicó en su blog la formidable obra de Javier Recio, os ofrezco repetir la experiencia o experimentar por primera vez la que es posiblmente una firme candidata a ganar el Oscar después de ser la recién galardonada al Goya: vivir (o morir) al borde del shock catatónico, con un pie en el quirófano y otro empapado en aguas del río Aqueronte, siempre en compañía de un negro humor infernal, implacable y genuino.
Y no os olvidéis de pagar a Caronte cada vez que crucéis por el río, o las multas infernales os desbordarán (pequeño chascarrillo). Disfrutadlo.
Y no os olvidéis de pagar a Caronte cada vez que crucéis por el río, o las multas infernales os desbordarán (pequeño chascarrillo). Disfrutadlo.