miércoles, 11 de marzo de 2009

La Maison en Petits Cubes

Sentir las caricias de la arena en los pies: Con tranquilidad y paciencia (la misma con la cual un relojero monta, una por una, las pequeñas ruedas dentadas del reloj) caminan sobre la arenosa calidez de la playa. Empero, en su interior alojan una ansiedad inusitada por encontrar el El Mar.

A los pies les sigue el cuerpo, y al cuerpo, el alma. Cuando los pulmones se acostumbran al inexistente oxígeno en el agua, las divagaciones de una somnolienta imaginación se sumergen en una exploración silenciosa de los ahogados Latidos del Oceano. Durante la inmersión los recuerdos de una vida van subiendo a la superficie, año tras año. Y al llegar abajo, los antiguos pilares de una casa victoriana comienzan a vislumbrarse. Sobre ellos da comienzo la maravillosa y fantástica historia del artista japonés Kunio Kato, ganador del Oscar al mejor corto animado. Un cuento contemplativo y espiritual titulado La Maison en Petits Cubes: Un objeto, perdido en el lejano oceano, brillantemente pulido por los Rayos de Sol al amanecer. Un ave, al observarlo atentamente desde el aire, apenas podrá entrever una deformada y colorida imagen, producto de las cristalinas aguas que ocultan tras sus olas los recuerdos... de un Anciano y su Pipa.

1 comentario:

Arwen dijo...

Gran corto de animación que se llevó a casa la estatuilla dorada...mmmm...

Saludillos.
Arwen