
A los pies les sigue el cuerpo, y al cuerpo, el alma. Cuando los pulmones se acostumbran al inexistente oxígeno en el agua, las divagaciones de una somnolienta imaginación se sumergen en una exploración silenciosa de los ahogados Latidos del Oceano. Durante la inmersión los recuerdos de una vida van subiendo a la superficie, año tras año. Y al llegar abajo, los antiguos pilares de una casa victoriana comienzan a vislumbrarse. Sobre ellos da comienzo la maravillosa y fantástica historia del artista japonés Kunio Kato, ganador del Oscar al mejor corto animado. Un cuento contemplativo y espiritual titulado La Maison en Petits Cubes: Un objeto, perdido en el lejano oceano, brillantemente pulido por los Rayos de Sol al amanecer. Un ave, al observarlo atentamente desde el aire, apenas podrá entrever una deformada y colorida imagen, producto de las cristalinas aguas que ocultan tras sus olas los recuerdos... de un Anciano y su Pipa.
1 comentario:
Gran corto de animación que se llevó a casa la estatuilla dorada...mmmm...
Saludillos.
Arwen
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