Al fin, el hombre, reconoció su creación completamente reconstruída. Y allí, captó su mente perdiéndose entre aquel trenzado de estancias y largos pasadizos. Secretos ocultos bajo siglos y siglos de nieve virgen.
Su imaginación había dejado de jugar y se escapó al centro del laberinto, esperando a ser encontrada. Para ella, crear no había sido más que un juego, el reto de construir y destruir un laberinto tras otro: hastiándose de los anteriores, y reiniciando su trabajo hasta encontrar la perfección, algo que ella sabía nunca encontraría (o prefería no encontrar). Por ello, dicho hombre, sin atisbo alguno de su imaginación, se sintió perdido y orientó las llamas de su ira hacia el centro, de lo que ahora le parecía, una abominable obra arquitectónica. Como un ratón blanco se dejó llevar por su intuición, y caminó tras una bella progresión musical. En realidad, el resonante vibrar de su anhelada esencia: pasos de Karnivool hacia su magistral LP, Sound Awake; las huellas de un conejo blanco... All I Know.
Su imaginación había dejado de jugar y se escapó al centro del laberinto, esperando a ser encontrada. Para ella, crear no había sido más que un juego, el reto de construir y destruir un laberinto tras otro: hastiándose de los anteriores, y reiniciando su trabajo hasta encontrar la perfección, algo que ella sabía nunca encontraría (o prefería no encontrar). Por ello, dicho hombre, sin atisbo alguno de su imaginación, se sintió perdido y orientó las llamas de su ira hacia el centro, de lo que ahora le parecía, una abominable obra arquitectónica. Como un ratón blanco se dejó llevar por su intuición, y caminó tras una bella progresión musical. En realidad, el resonante vibrar de su anhelada esencia: pasos de Karnivool hacia su magistral LP, Sound Awake; las huellas de un conejo blanco... All I Know.