Historias de úrsidos, sapiens y mariposas...
Tanto como esta demencial época, sólo comparable con las eras más oscuras del medievo, en la que varios miles de universitarios (yo incluído) vivimos tan jodid... Examen a examen, vamos trepando hacía un mordisco de luz que nos guía, y nos va haciendo salir de un resbaladizo agujero.
Tras esta intensa semana, creía que los zombies se habían ido de ÁnaRKasT, pero alguien debió dejar la puerta abierta y esto pinta más bien muerto.
Y dice se tragó porque hablando de zombies no cabe delicadeza alguna. Y mientras, ¿qué hago extraoficialmente?. Quizás valga la pena salir a la calle entre tanto muerto viviente, en la busqueda de material adicional. Comics, sobre todo comics podríais encontrar, ya que estos representan el origen de la infección. Pero para ilustrar mi admiración por este nuevo género de éxito hemoglobínico (y no por su discutida calidad) prefiero abordar el regreso no anunciado de mis queridos títulos de crédito:
"Sólo los más excepcionales llegan a ser conscientes de lo que significa Matrix. Aquellos que descubran su existencia deben poseer un cierto grado de intución, sensibilidad y curiosidad innatas. Sin embargo, muy pocos adquieren esta sabiduría através de diferentes medios... "
Pasaron por aquí y dejaron el blog perdido de barro. Quizás fuí yo, que olvidé limipiar los restos de aquellas luces radiantes... o quizás Bat For Lashes: ellos siguen jugando con noches estrelladas y cuentos de niños. Como un escarabajo escarbando en la tierra, encuentran tesoros de caramelos, bicis y disfraces. Una noche reunieron a los animales del bosque. Cantaron hasta altas horas de la madrugada e invocaron dioses que ni siquiera ellos sabían que existían. El caracol, yaciendo sobre la roca, alzó sus antenas y escuchó aquel magnífico ritual. Ninguna criatura allí reunida dejaría nunca de soñar. En realidad, siempre lo habían hecho.
Vistas a una carretera sin fin, el depósito agotado, motor humeante... estoy tirado en la cuneta. Espero que otros con más suerte que yo me guíen por nuevas rutas de asfalto, de esas sin fin ni finalidad, de las de hacer por hacer, de las que grupos como Turin Brakes gustan recorrer. Marchando en pos de una música destino, deteniéndose a dormir los sentidos. Metro a metro, nota a nota, la silueta rural de Sea Change se perfila en la neblina matinal. Y yo... y ellos, nos miramos como imaginando el fin del viaje... como deseando nunca terminar.
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