La abandonó. La dejó tirada allí en el bosque sobre un manto blanco de hojas consumiéndola, hasta que el viento, algún día, la encontrara. Y sin dudarlo abrazó fuertemente la tierra que la engullía. Imaginó árboles regresando a sus semillas, gotas cayendo hacia el cielo... civilizaciones muriendo en las estrellas. Aquel no era su mundo, pero se adhería a él formaba parte de Él: su piel era corteza; su sangre sabia; sus pies fuertes raíces; y sus ojos de polilla para ver sus alas (frágilmente cortadas).
White Moth In The White Coat
3 comentarios:
Buffff...tremendo...sinceramente me ha causado cierto miedo...muy oscuro, muy fuera de sí, muy pocas ganas...momentos extraños no cabe duda...
Te mando un beso gigante de esos que no se dejan ahí tirados sobre las hojas secas y que tampoco cortan los vuelos... ;)
Sé muy, muy, muy felizzzz y disfruta todo lo que puedas estas fiestas...
Besossss
Arwen
Es difícil adaptarse a lo que nos es extraño, mimetizarnos en lo que a veces incluso nos resulta hostil y sin embargo es posible enraizar con un mundo extraño.
Inquietante el video y su sonoridad.
Un abrazo y nuestros mejores deseos para ti.
Felices Fiestas.
Ténebre.. ni el pincel de caravaggio podría describir esas tiniblas tan ardientes. Siento cierto placer adentrarme en ellas, sin embargo.
Hermosa y vibrante esa lucha del cisne contra el azul en la voz de Lolly Jane Blue.
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