
Las notas de Fevola consiguen redondear a la perfección cada una de las escenas, que convierten esta pequeña casa de los horrores, en una experimentación artística asombrosa. Toda ella está inmersa dentro de una atmosfera lóbrega y sofocante. Una plasticidad muy bien barnizada e impregnada en el olor acre de la maldad. Olor a debilidad, dolor y la ambición de un único ser capaz de sacrificarse e intentar salvar a los que le rodean. Abrid bien los ojos, respirad profundamente y disfrutadlo...
Video::: Sebastian's Voodoo
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