sábado, 3 de abril de 2010

U®ßan A®t [Society: My Tokyo ™]


I'm not afraid to look like a big, hairy, smelly,
foreign devil in Tokyo, though I do my best not to, I really do.

De las mágicas ciudades que se expanden por el mundo, Tokyo es una de ellas. Una urbe inconformista en su crecimiento, su inercia le ha llevado a alimentarse vorazmente de toda tierra a su alcance, contagiándose de luces, cables, asfalto, rascacielos, ocio, cultura, vicios y decadencia...
Asistiendo al futuro del futuro, a la desevolutiva evolución del hombre, unido por necesidad a sus creaciones, lo artificial, y defectos, lo natural.
La cumbre de una cultura extremadamente avanzada, afectada por los principales males de la globalización. Un parásito urbano escondido en las imágenes de un mundo ancestral, un primer mundo alternativo al propio mundo, habitat de esta cultura día y noche siempre despierta, sufriendo el insomnio de una sociedad extra contemporanea: extra eficiente, extra energética, extra poblada... saludable y bella en un sensato disfrute, enferma en su consumo excesivo... y hasta que la ciudad duerma.

8 comentarios:

Tinta Roja dijo...

..la convivencia entre los ancestros y la tecnologia en su mas clara expresion, un matrimonio que nunca se divorciara...
Un abrazo

Unknown dijo...

... y hasta que la muerte los separe, TR.

Otro abrazo, siempre es un honor leerte.

Logan y Lory dijo...

A nosotros este tipo de monstruos urbanos "engulletodo" nos sobrecoge y agobia, será que somos de provincias y concebimos las ciudades como espacios un poco más humanizados y habitable, sin menospreciar, por supuesto, la cultura y el avance tecnológico del que hacen gala estas megametrópolis.
Uno tiene que ser de una madera especial para lograr sobrevivir en un entorno tan voraz, como es un Tokio o un Hong Kong...

Un abrazo, nos ha gustado mucho como has descrito a Tokio y lo que representa.

Arwen dijo...

Tokio urbanismo voraz y colosal bajo tu atenta mirada descriptiva. Fantástico viaje virutal el que nos has regalado Xto. Un besazo y hago un alto en mitad de mis vacaciones pascueras para pasar a viajar contigo ;P

Cuidate y muchos besos...
MUakssssssssssss

JAVI dijo...

Puro vértigo de ciudad. Hay que tener una memoria muy ágil y entrenada para descifrar tantos códigos, luces, mensajes y conceptos. Me resulta apasionante su cultura en muchos aspectos del arte y el diseño, la tecnología y el urbanismo. Siempre me imagino esta ciudad bajo la lluvia como una metáfora permanente de algo que fluye y no cesa. No se detiene.
Estupendo recorrido.. y qué bien conduces.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Hola Logan y Lory, creo que tenéis razón, hay que agenciarse una armadura, lanza, y corcel para poder pisar con seguridad este tipo de macro-ciudades. Pero creo que ahí está la aventura de viajar a esos sitios, el sentirse más pequeño aún que en tu vida cotidiana sin atenerse al "qué diran", "qué pensarán"... aquí eso no importa :P Un gran abrazo!

Arwen, me alegro que hayas hecho un stop en Tokyo... y que hayas podido salir a tiempo de ella antes de que te devore... los japos son gente muy hambrienta, y la comida japonesa está, mmmmm, riquísima! jaja (con la resaca solo pienso en comida :D). Diviertete mucho estos últimos días. Un besaaaazo enorme!

Delio, me pasa lo mismo con esta ciudad, y creo que hay que visitarla (aunque todavía no he tenido la oportunidad) al menos una vez en la vida... navegar por ella es la única forma de conocer la parte más avanzada del ser humano, la más deshumanizada, y curiosamente la más divertida y desvergonzada. Desde fuera a Tokyo la veo como una especie de comic manga de ciencia ficción, entre cuyas páginas se mezclasen antiguas hojas de un tratado zen milenario... Gracias por acompañarme en este viaje, contigo de copiloto se puede ir a cualquier parte. Un abrazo!

Bell dijo...

¡que mareo! yo no viviría ahí de motu propio. me quedaría majara de por vida

Unknown dijo...

Hola Bell... cuando quieras pasate de nuevo y te daré un chicle para el mareo jeje :D... aunque una de las cosas más sorprendentes de Tokyo es la cantidad de barrios dedicados a la tranquilidad y meditación... entre sus locas arterias de casas y rascacielos se cuelan bosques y parques con templos en su interior. Perfectos para dejar atrás la hiperactividad urbana. Un abrazo!