El profeta ha invadido! ¡Ahora ya me voy solo, discipulos mios!, ¡Partid tambien ahora solos vosotros! Asi lo quiero yo.
¡Alejaos y defendeos de Zaratustra! Mejor aun: ¡ocultaos de él! Quiza os engañe.
El hombre de conocimiento no solo tiene que saber amar a sus enemigos, sino tambien saber odiar a sus amigos. Se reconoce mal a un Maestro cuando se permanece siempre como discipulo. ¿Y por qué no quereis despojarme de mi corona?
Me venerais, pero, ¿qué ocurrira un dia cuando vuestra veneracion se derrumbe? Cuidad de no ser aplastados por una estatua.
¿Decis que creeis en Zaratustra? ¡Pero que importa Zaratustra! Vosotros sois mis creyentes, ¡pero que importan todos los creyentes!
No os habiais buscado aun a vosotros: entonces me encontrasteis. Asi hacen todos los creyentes; por eso vale tan poco toda fe. Ahora os ordeno perderme a mí y encontraros a vosotros; y sólo cuando todos hayais renegado de mí, volvere entre vosotros…
... un ocuro poema parece, la vida.
[Vía]
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